Cuando digo «te amo», estoy diciendo «para siempre». Cuando digo que tengo miedo de perderte, estoy diciendo que no tengo idea de cómo seguiría mi vida sin ti . Me hace sonar como si estuviera aparentemente desesperado y en realidad no me importa.
Me conoces demasiado bien, así que sabes por qué lloro cuando me acuesto sobre tu pecho, escuchando los latidos de tu corazón. Sabes que es porque tengo miedo de que tu corazón se detenga y me quede solo para luchar con la idea de que ya no estás a mi lado.
Soy egoísta pero al mismo tiempo te lo daría todo. Soy egoísta hasta el punto en que te quiero para mí solo, solo para poder darme a mí y todo lo que soy para ti.
Es una contradicción a la que me enfrento día a día, tratando de entender lo que mi corazón y mi mente me están diciendo.
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Me tomó un tiempo darme cuenta de que no es nada posesivo, sino más bien el miedo de no poder mirarte o no poder decirte cuánto te amo de verdad, profundamente.
Tengo miedo de perderte porque no puedo verme amando a nadie más y la idea de que alguien pueda ocupar tu lugar algún día es como un veneno para mi mente porque no quiero eso.
No quiero conocer a nadie más y tener que explicarles por qué creo que las estrellas son tan hermosas.
No quiero tener que explicarme a otra persona cuando empiece a gritar lo hermosa que se ve la puesta de sol.
Cuando hice todo eso frente a ti, solo sonreiste, me abrazaste y besaste mi frente. Sigue siendo mi beso favorito. Es como si me estuvieras diciendo que no vas a ir a ningún lado y que siempre me protegerás .
Quiero eso. Realmente quiero eso. Quiero que te quedes a mi lado para que podamos protegernos unos a otros, porque no hay nadie que pueda entendernos de la forma en que entendemos todo en la vida del otro.
Si encuentras a alguien nuevo (Dios no lo quiera) y te das cuenta de que serás más feliz con ella, con dejarme, te llevarías mi corazón contigo. Dejarías un caparazón vacío atrás.
Pero quiero que seas feliz. Si eso significa dejarme, entonces adelante. Pero sé feliz. Al igual que quieres que sea feliz.
Estos pensamientos no cambian el hecho de que todavía tengo miedo de una vida sin ti a mi lado. Por eso todo lo que soy y todo lo que seré, te lo estoy dando.
Tengo miedo de las mañanas en las que no podré despertarme viendo tu maravillosa e inocente cara.
Tengo miedo de que por las noches me quede dormido sin poder acurrucarme a tu lado y sin poder sentir tu cálido aliento en mi rostro y el calor de tu cuerpo, tan cerca del mío. No quiero que ocurra ninguna de esas escenas.
Y sé que tú tampoco quieres eso. Mis miedos se basan en experiencias anteriores que me dijeron que si amas a alguien, se irá.
Nunca me diste una razón para pensar que me ibas a mostrar la espalda y marcharte. Es solo que he aprendido que amar a alguien viene a perderlo.
Siento que sea tan complicado. Perdón por decirte esto por centésima vez, pero tengo miedo de perderte.